Asegurar la continuidad y crecimiento competitivo del negocio, la armonía en la familia y un liderazgo efectivo en los miembros de la siguiente generación, llegan a ser los grandes retos para las familias empresarias que buscan trascender.
En los últimos 20 años he podido estar cerca de más de cien empresas en diferentes regiones de España y las Américas, en procesos de formación, consultoría e investigación aplicada. Los líderes de estas empresas tienden a compartir preocupaciones que se repiten con gran frecuencia, las cuales tienen mucho que ver con las expectativas que se van construyendo de cara a las nuevas generaciones. Los conocimientos, competencias y atributos personales que sus líderes esperan ver en las siguientes generaciones, los comparto a continuación.
- Conocimientos y competencias inherentes a la industria o sector de la actividad económica en la que se encuentra el negocio principal. Existen actividades económicas o de negocios que facilitan la adquisición de conocimientos y desarrollo de competencias en la medida que los miembros familiares evolucionan y se involucran en los negocios de familia. Por ejemplo, en una empresa industrial se hace evidente la necesidad de conocimientos en el diseño, la manufactura y distribución del producto; mientras que, en una empresa financiera, se requieren conocimientos y competencias para realizar análisis crediticio, servicio a clientes y análisis de inversión.
- Juicio. Requiere la habilidad para analizar, sintetizar, evaluar, discernir y decidir. Este atributo incluye los aspectos éticos, legales y morales inherentes a las situaciones en consideración. En opinión de los miembros de familia mayores, los conocimientos y competencias, son relativamente fáciles de adquirir en la universidad o con entrenamiento adecuado. Sin embargo, el juicio es un atributo que se cultiva y se desarrolla con el tiempo, con la ejecución de proyectos, con la retroalimentación continua sobre resultados o expectativas deseadas y con el modelaje sobre conductas específicas esperadas y el conocimiento de factores críticos en la toma de decisiones. La experiencia habrá de hacer su parte, y será responsabilidad de cada persona de asimilar y construir de lo que se ha vivido, incluyendo los intentos fallidos o situaciones no exitosas.
- Carácter. Tomar decisiones es importante, pero tener la fortaleza (carácter) para vivir con las consecuencias de las decisiones tomadas es vital. En particular, por el impacto múltiple, en todos o algunos de los grupos de interés causado por las decisiones tomadas que involucran el futuro del negocio y la armonía de la familia; en este punto, se hace evidente el que la empresa familiar establezca los espacios y con ello los acuerdos que armonicen la interacción de la familia con los diferentes grupos de interés. El carácter es un proceso socialmente construido que se desarrolla a través del aprendizaje continuo, el ejercicio de la voluntad y el autodominio, la empatía, la interacción con consejeros y mentores, y la inteligencia emocional, entre otros.
- Capacidad de generar confianza. Sin duda la capacidad de generar confianza es fundamental en los miembros de la siguiente generación que ocuparán posiciones de liderazgo. Este atributo requiere procesos cognitivo-emocional-conductuales como el tener y comunicar visiones claras sobre el futuro, actuar de manera honesta y consistente, predicar con el ejemplo, habilidades de diseño para hacer sencillo aquello que es complejo, fortaleza moral, generar cooperación, resolver conflictos y brindar feedback que conduce al desarrollo de la persona y los grupos relevantes a la organización. Todo lo anterior se manifiesta en equipos de trabajo inspirados, empoderados y colaboradores comprometidos con una visión compartida.
- Pasión por su trabajo. Una persona con pasión cree en sus posibilidades. Adquiere y genera conocimientos, e invierte recursos (tangibles e intangibles) para lograr sus objetivos. A lo largo de su desarrollo reconoce un sentido de urgencia en sus actividades diarias; también se detona con ello la automotivación. Es capaz de contagiar su alegría y optimismo hacia sus colaboradores. Además, su perseverancia se potencia, siendo capaz de administrar el estrés y la frustración.
Así entonces, será responsabilidad de la generación al timón, en franca colaboración con los miembros de la siguiente generación, proporcionar un proceso de desarrollo, un ambiente familiar cordial y de apoyo, para generar un contexto profesional que permita una orquestación multigeneracional que potencie:
- Los conocimientos y habilidades inherentes al negocio.
- El juicio para tomar decisiones éticas, legales y efectivas en el negocio.
- El carácter para tomar decisiones y administrar oportunidades, retos, riesgos y cambios requeridos para armonizar el binomio familia-empresa.
- La capacidad para generar confianza en todos los procesos de familia-empresa, y por supuesto.
- La pasión por lo que hacen.
Artículo publicado en la revista LEGADO, edición abril 2023
SOBRE EL AUTOR
Jaime Alonso Gomez es consultor internacional en Estrategia y Empresa familiar y Profesor de Administración en la Universidad de San Diego.
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