Las familias son complejas, pero también son fascinantes. Por más de una década me he dedicado a entender esta complejidad desde la psicología y la comunicación interpersonal.
John Ward, pionero en el tema de las empresas familiares, nos recuerda la importancia que cobra el tener foros, como consejos familiares y mecanismos establecidos para mantener una comunicación fluida que permita construir relaciones de confianza entre los involucrados. Pero, ¿a quién involucrar y en qué temas?
Hace algunos meses tuve la oportunidad de aprender de Justin Craig nuevos conceptos y modelos prácticos para entender estas complejidades de las familias detrás de proyectos empresariales. Uno de los modelos prácticos al que él se refiere es “la gran carpa”; buenas prácticas de familias empresarias que incorporan en su planeación de talento multigeneracional no solo a los familiares consanguíneos sino también a los cónyuges, esperando respondan con compromiso y estén dispuestos a prepararse para contribuir de manera efectiva y significativa según su rol en el sistema. Estos miembros familiares que a veces dejamos al exterior de “la gran carpa” tendrán que tomar un rol de gran responsabilidad, poder e influencia.
Los puestos de director emocional, ejecutivo y consejero de almohada hacia el familiar en la empresa (es decir, su cónyuge), son reservados solo para ellos. Si bien “no son de la familia (consanguíneos), sí están en la familia” (Alejandro G. Guzmán), y dejarlos fuera es un riesgo sumamente alto.
En mi rol de asesora profesional, les comento a los cónyuges: “tú también tienes una gran responsabilidad para la familia empresaria; pero ¿cómo generar conciencia si siempre se han sentido no involucrados, ni tomados en cuenta? Los cónyuges, insisto, son la mayor influencia y el aliado necesario para el apoyo del familiar en la empresa y desarrollo de la siguiente generación.
La mayor preocupación de las empresas familiares es su continuidad, y para esto sabemos que los cimientos en valores, el desarrollo de la siguiente generación, la construcción del legado y fomento de una cultura de trabajo, inician en casa. El invitar a los cónyuges a “la gran carpa”, los hace sentirse valorados y parte de este gran proyecto que es la continuidad del legado de la familia empresaria.
Algunas recomendaciones para involucrar a los cónyuges:
- Manifestar. Que sepan que son parte de “la gran carpa”, apoyarlos e incluirlos.
- Informar. Compartir información relevante y trascendente para el propósito de todos como familia.
- Reconocer. Agradecer lo que hacen en beneficio de la familia empresaria.
- Escuchar. Tomarlos en cuenta en decisiones que estén de acuerdo con su involucramiento.
- Respetar. Conocer sus límites y aceptar su rol de consejero de almohada.
¡A tomar decisiones conscientes!
Lee el artículo completo en la Revista LEGADO edición diciembre 2022
SOBRE LA AUTORA
Dunia Guzmán, es profesora en la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey y consultora de la firma Akator.
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