Uno de los cambios más relevantes del siglo XX, es sin duda la creciente participación de la mujer en el mercado laboral. Con importantes retos e ideales que aún nos resulta imposible lograr, la transformación social y económica alcanzada hasta el día de hoy se debe por supuesto en gran medida a la contribución de hombres y mujeres como generadores de oportunidades a través de la creación y desarrollo de empresas. En el más reciente reporte global sobre empresas familiares (STEP 2019 Global Family Business Survey) se pudo observar que el 18% de los 1,834 líderes encuestados, son mujeres. Si bien esta participación aún es muy baja, la buena noticia es que son las generaciones jóvenes de mujeres en la empresa familiar quienes tienen una visión más optimista de las oportunidades frente a ellas, y no reportan gran preocupación ante uno de los retos más citados en las últimas décadas: “los techos de cristal” en el mundo laboral.
En nuestro país, tenemos inspiradores ejemplos de mujeres empresarias, que entre muchas cualidades que se destacan en ellas, definitivamente está su capacidad de resiliencia, de perseverancia y del cuidado por los demás. En este reporte global también se destaca la diferencia de ejercer el liderazgo, la mujer lo ejerce de una manera menos autocrática que su contraparte masculina. La toma de decisiones tiende ser más incluyente y las buenas prácticas de negocio impactan en la rentabilidad del mismo, dejando clara evidencia de los beneficios de una diversidad en la administración competente que este siglo XI requiere.
Consulta el reporte global de STEP