De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, cultura es el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial dentro de una época o un grupo social. La cultura se compone mayormente de comportamientos evidentes y públicos que definen la personalidad y esencia de un grupo en específico y manda un mensaje al exterior sobre sus creencias, modos y estilo de vida; por ejemplo, es más fácil entender la visión de la muerte en la cultura mexicana hasta que se vive una festividad del Día de Muertos o se conoce el significado de un altar. Una cultura puede gustarte cuando la conoces, sin embargo, hasta que la vives es cuando la entiendes y te enganchas.
Lo mismo pasa con la cultura organizacional. Cuando es evidente la vivencia de los valores y la filosofía organizacional se empieza a generar una conexión con la empresa, sobre todo con las nuevas generaciones donde el cumplimiento de un propósito elevado es un impulsor importante. ¿Y pasa lo mismo en las empresas familiares? Definitivamente, e inclusive el reto es aún mayor pues hay dos culturas involucradas en la empresa: la organizacional y la familiar están en el ojo público de todos los colaboradores y son constantemente observadas evaluando si la familia vive realmente los valores que propone: ¿Por qué la empresa me pide vivir el valor de “trabajo en equipo” cuando la misma familia no logra ponerse de acuerdo y constantemente se enfrenta?
Este tipo de disonancias provocan desinterés en las personas ajenas a la familia e impactan directamente en el engagement con la filosofía organizacional y enfoque al compromiso. ¿Entonces cómo se puede conectar la cultura organizacional con la familiar? Comparto algunas recomendaciones:
- Identifica los valores de la familia empresaria. Normalmente los valores organizacionales se definen a través de un proceso pensado, sin embargo, los valores familiares se viven, inclusive se heredan y pocas veces nos detenemos a hacer consciencia de cuáles son. Cuando se conocen y pueden enumerarse es más fácil alinearlos a la organización.
- “Traduce” los valores familiares y organizacionales a comportamientos específicos. Los comportamientos son las evidencias de que el valor se está viviendo, y además de ir generando la cultura en el día a día, ayudan a los colaboradores y miembros de la familia a clarificar expectativas.
- Sensibiliza a la familia empresaria sobre el importante rol que juegan como transmisores de cultura familiar. El impacto que tiene el comportamiento de la familia es altísimo, tanto en los colaboradores como en los grupos de interés. Existen actualmente varias herramientas (como el consejo familiar) que pueden ayudar a encuadrar y delimitar esta sensibilización a través de documentos oficiales y abiertos.
- Revisa que tu cultura organizacional esté alineada a tu cultura familiar. Esta alineación facilitará la congruencia de la familia y ayudará a que la vivencia de los valores se dé de manera natural y orgánica.
Normalmente la cultura organizacional está diseñada para toda la empresa, familia y colaboradores, y es por esto que se debe cuidar que la misión, visión y valores de la compañía los involucre a todos y los reúna bajo una visión sistémica, es decir, como un todo que avanza y se desarrolla al mismo tiempo.
Para lograr esta visión, Bert Hellinger comparte tres pilares que ayudan a la alineación de la empresa como sistema:
- Orden y jerarquía: Todo sistema debe seguir un orden y estructura, debe haber claridad en los roles y responsabilidades de los involucrados, cada persona debe tomar su lugar con lo que esto implica. En empresas familiares, este principio se refiere a que todos los miembros de la familia empresaria son responsables de la vivencia consciente de los valores empresariales y que el incumplimiento de esta responsabilidad tiene consecuencias en la familia y en la empresa.
- Equilibrio: En el sistema debe haber equilibrio entre lo que se da y se recibe, la proporción es la misma y ambas partes están de acuerdo con ello. En el caso de la cultura organizacional de empresas familiares, la empresa y la vivencia de sus valores debe convertir a los familiares y no familiares en mejores personas, y ellos a cambio entregan lo mejor que tienen para el desarrollo de la empresa y su prestigio. Es precisamente este principio el que genera el florecimiento de la familia empresaria y de sus colaboradores, generando así una visión única y equilibrada para ambas partes.
- Pertenencia: En este principio todos los involucrados en el sistema son parte de algo grande, importante y trascendente, al sentirse miembros activos en este sistema el compromiso individual es mayor. En la creación y redacción de la cultura organizacional es importante que los colaboradores y grupos de interés se sientan incluidos en la filosofía de la empresa, que sea evidente cómo esa visión, misión y valores los van a llevar a un beneficio y ganancia colectiva.
Ahora más que nunca es importante que las familias empresarias florezcan haciendo equipo con sus colaboradores, alcanzando juntos el propósito elevado que llevará a la organización a la permanencia, trascendencia y preservación del legado familiar y empresarial.
Artículo originalmente publicado en la Revista LEGADO, edición diciembre 2023.
SOBRE LA AUTORA:
Blanca Cochegrus es Profesora de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
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