Actualmente vivimos una época de mucha incertidumbre, en donde la única constante es el cambio y hoy, más que nunca, se vuelve clave contar con mecanismos de cambio estratégicos que puedan optimizar el patrimonio y sus beneficios, como herramientas con las que se pueda diversificar y potencializar la rentabilidad y los riesgos.
Pero, ¿es momento de abrir una family office? Uno de los grandes objetivos que tiene una familia empresaria es la profesionalización formal entre la familia y la empresa, un objetivo al cual una family office claramente abona, pues es este el brazo único de inversión de y para la familia, que partirá desde el entendimiento de su propósito.
Además, dentro de esta misma profesionalización, también podemos encontrar la necesidad de desarrollar una estructura patrimonial a través del cumplimiento de las obligaciones fiscales, de las pólizas de seguros para sus miembros, de la orientación individual para inversiones, e incluso de las transiciones intergeneracionales para seguir promoviendo la buena gestión patrimonial de la familia empresaria.
Existen muchas modalidades, desde una family office simple, en la cual se ofrecen servicios exclusivos para una única familia empresaria, hasta la multi-family office, en donde se asesoran a varias familias empresarias con un servicio personalizado. Grandes familias han optado por esta segunda opción, siendo el más claro ejemplo el de la familia Rockefeller, quienes decidieron abrir su family office a otras familias empresarias y clientes particulares.
Lee la versión completa de este artículo en la Revista LEGADO, Núm 3, agosto 2020.