En la actualidad presenciamos una enorme volatilidad de la vida de las empresas. Este hecho debería preocuparnos, ya que el ritmo de mortandad y la pérdida de control familiar sobre algunas ha aumentado notablemente, a raíz de la transformación de la relación de las personas con el mundo laboral, que ha traído fenómenos como la pérdida de cultura del esfuerzo, la reducción del espacio de cooperación y la falta de adaptación a los retos multiculturales de sociedades en transición y proyectos empresariales internacionales.
Debemos generar empresas atractivas en un marco social y desarrollarlas en un entorno altamente cambiante. El auge de los populismos, la creciente inestabilidad política y conflictos bélicos, la urgencia de atacar el cambio climático, las migraciones continuas de núcleos poblacionales en búsqueda de mejor calidad y esperanza de vida, la praxis de la inmediatez y el cortoplacismo en muchas decisiones vitales, la desigualdad existente en el mundo, etc., son todos ellos elementos que retan la capacidad de las empresas familiares para afrontar un proyecto de largo plazo que entronque con su compromiso intergeneracional.
Las familias empresarias deben fomentar la cultura de actuar para fortalecer el compromiso intergeneracional que permita responder a esas visiones diferentes, en una estrategia empresarial de largo plazo vinculada estrechamente a la de la familia.
El compromiso intergeneracional con el proyecto de la familia empresaria debe estar cimentado sobre la identidad familiar. La identidad de una organización es fruto de la historia (creación y desarrollo de la empresa, actuaciones, alianzas, mercados, valores), y está presente en los negocios actuales, los mecanismos de gobernanza y de participación de la familia, su huella geográfica, etc. Pero por encima de todo, la identidad es aspiracional, porque a partir de los pilares de la historia y la situación presente, se orienta el compromiso de las futuras generaciones con el entorno y la comunidad en donde desarrollará su actividad futura.
Por ello es preciso que la estrategia de la empresa familiar se articule desde el compromiso intergeneracional y sepa dar respuesta a algunos elementos clave, siempre desde su propia ideología y valores:
- La necesidad de promover una fuerte vivencia de los valores y principios ideológicos de la familia en el desempeño de la actividad empresarial y en su participación como familia empresaria.
- La adaptación constante a la creciente apertura internacional es un reto para conjugar la identidad familiar con la identidad empresarial, en entornos sociales diferentes. Es imprescindible que el proyecto contemple la visión internacional en sus mecanismos de decisión.
- El fortalecimiento de una práctica de liderazgos colaborativos que potencie la participación de los miembros de la familia, profesionales que aporten valor al proyecto, en el marco de un pensamiento crítico que refuerce la competitividad del proyecto empresarial.
- La búsqueda de una profunda corresponsabilización de todos los miembros de la familia en torno a los objetivos de largo plazo de la empresa y de la familia, así como de todos los órganos de gobierno y de gestión de la empresa.
- La necesidad de cooperar con numerosos agentes –públicos y privados– para poder desplegar correctamente la estrategia de futuro. Establecer vínculos sólidos de colaboración con otras entidades favorecerá el desarrollo del proyecto empresarial y familiar de futuro.
- El compromiso intergeneracional del proyecto se refleja en su compromiso por el arraigo y la potenciación del entorno en el que opera. La empresa familiar, extendida geográficamente, debe reforzar la vivencia de los valores y la ideología familiar en lo nuevos entornos geográficos en que se despliega.
- La evolución de las migraciones, la atracción de talento y la presencia internacional promueven el enriquecimiento de la multiculturalidad de las empresas. La empresa familiar debe asumir este reto para seguir avanzando en su cuerpo ideológico y promoviendo el compromiso intergeneracional.
- La sociedad está cambiando y nos exige un mayor esfuerzo para acelerar la igualdad de género, la inclusión, la vivencia de la diversidad y la sostenibilidad. El compromiso de la empresa con el permanente avance en estos campos es una fuente de ventaja competitiva y una parte relevante del compromiso intergeneracional en torno al proyecto empresarial.
- El cuidado y puesta en valor de la marca familiar y la empresarial, que nos obliga a una mayor responsabilidad y compromiso.
No existe un libro de instrucciones, ni recetas mágicas que nos ayuden a responder a estos retos que se generan en el entorno de las empresas familiares. El permanente cuestionamiento de nuestros paradigmas, mecanismos de actuación, órganos de gobierno, alianzas y colaboraciones, es fundamental para encontrar el proyecto empresarial y familiar.
El reto de trascendencia de las familias empresarias en el compromiso intergeneracional es inmenso. Hay que fortalecer el diálogo permanente en el seno de la familia para incorporar respuestas propias a los retos sociales, políticos, culturales y económicos que tendremos en el futuro, bajo la premisa de que nuestra obligación es favorecer el camino hacia la siguiente etapa generacional con un proyecto empresarial sólido en el marco de los valores y la ideología de la familia. Los animo a mantener conversaciones estratégicas orientadas a estos debates en el seno de los órganos de gobernanza establecidos.
Artículo originalmente publicado en la Revista LEGADO, edición abril 2024.
SOBRE EL AUTOR
Sabin Azua es Presidente de EUSMEX S.L.
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