El emprendimiento al interior de las distintas empresas que conforman un grupo familiar empresarial es usualmente pobre o reducido. Los ejemplos de empresas familiares de gran tamaño que han lanzado nuevas formas de lanzarse al mercado son pocos.
Si miramos los modelos de negocio innovadores que han logrado transformar las reglas del juego del mercado, usualmente han provenido de startups de empresas o familias empresarias, pequeñas o medianas, capaces de moverse rápido y ser flexibles.
Una de las razones fundamentales por la cual a los grupos familiares empresariales les cuesta trabajo llevar a cabo emprendimientos corporativos, tienen que ver con los conflictos potenciales o riesgos que se generan entre el modelo de negocio ya establecido y el nuevo modelo de negocio que se quiere lanzar.
Los conflictos potenciales son usualmente derivados de los siguientes riesgos:
- Canibalizar la base de clientes actuales
- Destruir o disminuir el valor de la cadena de distribución existente
- Comprometer la calidad en el servicio que se ofrece al cliente
- Minar la imagen o prestigio de la empresa
- Modificar la cultura de la organización
- Confundir a los empleados y desenfocar a la organización
Obtener un negocio rentable en un nuevo emprendimiento es un asunto de largo plazo que toma su tiempo y va usualmente en contra del retorno de capital esperado en el negocio establecido. Implementar en la operación un modelo de negocio nuevo implica mover procesos productivos de una manera usualmente distinta a la que ya tiene el negocio establecido.
Los grupos familiares empresariales deben aprovechar su poderío económico y su alto grado de institucionalización para apoyar los proyectos de emprendimiento corporativo para que jueguen a favor de superar los conflictos potenciales que se presentan a lo hora de generar modelos de negocio innovadores.
Lee la versión completa de este artículo en la Revista LEGADO, Núm 4, agosto 2021.