El Consejo de familia tiene la capacidad de gestionar los distintos ámbitos de las dinámicas familiares dentro de la empresa y el desempeño de sus miembros y de asegurar el bienestar y desarrollo de la empresa.
Hablar de la empresa familiar, la mayoría de las veces implica concentrarnos en las diferencias que tiene frente a los grandes corporativos o aquellas organizaciones que nacen como un proyecto entre personas que no comparten una relación más allá de ser socios de negocios o una relación laboral. Generalmente, no son más pequeñas, ni menos importantes para la economía de cualquier país, ya que generan empleos y son innovadoras, tanto en la apertura de nuevos mercados como en la oferta de nuevos productos. Es necesario reconocer que se debe trabajar en potenciar sus características únicas, e identificar las estructuras, herramientas y mecanismos para generar una verdadera ventaja competitiva.
Por eso quiero hablar del máximo órgano de gobierno de una familia empresaria: el Consejo de familia. Mucho se dice sobre cómo las emociones suelen convertirse en un peligro para el éxito de una empresa familiar y que conviene separar lo sentimental o la historia personal de todo lo relacionado con lo empresarial o laboral. Sin embargo, es necesario entender que la complejidad que es abordada desde la posibilidad de construir diálogo hará realidad que la familia se convierta en el componente diferenciador de la organización en el largo plazo.
El Consejo de familia es el órgano de gobierno integrado por miembros de la familia, que regula el funcionamiento interno de la familia empresaria y de sus relaciones con las actividades empresariales y extraempresariales.
Cabe aclarar que no sustituye al Consejo de administración o a la Asamblea de accionistas, sino que se suma a ellos para complementar y garantizar que el funcionamiento de la empresa familiar sea el más eficiente y que trascienda por generaciones. También, es de gran ayuda cuando hay que tomar decisiones difíciles que ponen en riesgo no solo una relación de años, sino también la seguridad del patrimonio invertido en el negocio.
Para que esto se cumpla hay que considerar con detenimiento quiénes serán parte del Consejo de familia. La configuración es determinada por cada familia; sin embargo, existen algunas recomendaciones que incluyen invitar a miembros fundadores o cabezas de ramas familiares, miembros de las próximas generaciones e, incluso, personas de confianza poseedoras de objetividad para alineación de objetivos compartidos por la familia como sistema. Un Consejo de familia con diversidad de perfiles, experiencia y relación con las distintas actividades tanto empresariales como relevantes para la familia (filantrópicas, sociales, comunitarias, etc.) puede generar valor para el logro de los objetivos de la familia y su trascendencia.
Las responsabilidades del Consejo de familia pueden resumirse como la administración de las dinámicas familiares en relación con la empresa, sin embargo, es un poco más complicado que eso, porque en él recaen procesos que son clave para que el legado tenga continuidad y se proteja el patrimonio. Tales procesos son:
La profesionalización de la familia empresaria. Debe encargarse de definir las normas de gobierno de la familia y la empresa familiar; y de que se respeten los acuerdos creados para su gobierno y toma de decisiones.
El seguimiento estratégico. Recepción de informes de resultados de manera periódica, que además de analizar, permitan presentarle al Consejo de administración los puntos finos que tienen como accionistas o socios de la empresa.
La creación de los planes de continuidad. No solo es hacerse cargo del pase de estafeta en el liderazgo de la empresa, también requiere de establecer los planes de retiro y de desarrollo de las próximas generaciones, para con ello trazar las rutas de continuidad por múltiples generaciones.
El crecimiento de sus integrantes y sus lazos. Se encarga, por un lado, de que los familiares dentro de la empresa crezcan de acuerdo con sus habilidades y capacidades, apoyando como se haría con cualquier colaborador de la empresa. Por otro, se busca que la convivencia sea armoniosa; porque los sentimientos no deben esconderse, sino gestionarse de manera inteligente, para provecho tanto de la organización como de la familia.
- En consecuencia, algunos de los objetivos del Consejo de familia son los siguientes:
- Anticiparse a futuras fuentes de conflicto familiar.
- Buscar la integración de los objetivos de la empresa con los de la familia.
- Facilitar una comunicación abierta y sana entre los miembros de la familia.
- Actuar proactivamente para gestionar los cambios en el protocolo familiar, de acuerdo con las situaciones actuales de la familia, empresas y entorno.
- Lograr la continuidad de la empresa y la armonía en la familia.
- Resolver los conflictos entre familiares.
Así que, si digo que sin Consejo de familia no puede haber una familia empresaria, saben que no estoy exagerando. Se presenta un cambio de enfoque de “éxito de la empresa” a “legado de la familia”.
Artículo originalmente publicado en la Revista LEGADO, edición agosto 2025.
SOBRE EL AUTOR
José Mario Rizo es Profesor en el Departamento de Contabilidad de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
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