Un legado vivo en una empresa familiar se refiere a la idea de que los valores, la cultura, las tradiciones y la visión original del fundador o los fundadores siguen vigentes y continúan influyendo de manera significativa en la empresa a medida que se pasa de una generación a otra. En este sentido, el 93% de las empresas familiares más exitosas afirman tener un propósito claramente definido, enfocándose en la construcción del legado empresarial, manteniendo una reputación sólida, protegiendo la imagen de la marca o fomentando una cultura empresarial robusta, más allá de solo entregar valor a los accionistas (McKinsey, 2023).
En lugar de ser algo estático, o simplemente una parte del pasado, un legado vivo se mantiene dinámico y relevante en la actualidad. Los principios fundamentales y el propósito original que dieron forma a la empresa desde sus inicios continúan evolucionando y adaptándose a los cambios del entorno empresarial y social, siendo una fuerza motivadora y orientadora para la empresa.
Semillas que crean profundas raíces
Los valores del fundador –como la integridad incuestionable, la pasión por la innovación o el compromiso con la excelencia– sostienen el crecimiento continuo de la empresa. Sin embargo, el impacto de estos valores no solo se limita al ámbito financiero, sino que se extiende a la esencia misma de la cultura, es decir, a los valores compartidos, creencias, normas, comportamientos y prácticas que caracterizan a una organización. Estos valores no solo sirven como pilares sobre los cuales se construyen las empresas, sino que también desempeñan un papel crucial en la creación y mantenimiento de culturas empresariales sólidas que perduran.
Una empresa que ha sabido posicionar los valores fundamentales del fundador en el epicentro de su cultura ha desarrollado raíces sólidas que le proporcionan la capacidad de resistir eficazmente en un entorno. De la misma forma que una planta con raíces robustas enfrenta sin problema los embates del viento fuerte y las inclemencias del tiempo, esta empresa encuentra fortaleza en sus principios fundamentales, que le permiten sortear con éxito los desafíos externos y mantener su estabilidad a pesar de las adversidades. Algunos valores que promueven la resiliencia en una cultura organizacional suelen estar orientados hacia la adaptabilidad, la colaboración, la apertura al cambio y la superación de desafíos.
Con el tiempo, esas semillas que contienen el ADN de la cultura organizacional logran desarrollar raíces fuertes.
Jardín para el florecimiento humano
En lugar de ser solo un conjunto de políticas y prácticas, la cultura empresarial se concibe como un jardín donde las personas pueden florecer y crecer. Los valores del fundador actúan como nutrientes esenciales que fomentan no solo el éxito comercial, sino también el florecimiento integral de cada individuo en la empresa. La capacidad de aprender y adaptarse se convierte en una herramienta vital para el desarrollo personal y profesional, mientras que la resiliencia arraigada en los valores del fundador se convierte en el impulso que inspira a todos, incluso en tiempos difíciles.
El tener presente y reconocer los valores del fundador o de los fundadores ayuda a crear una conexión profunda con el propósito de la empresa. Esto tiene un impacto en la cultura organizacional pero también en la familia al unir a las generaciones, permitiendo un flujo constante de energía que nutre el crecimiento sostenible y el florecimiento humano a lo largo del tiempo. Adicionalmente, el legado del fundador no es solo para su familia, sino que va mucho más allá al transformar la vida de todas las personas que tienen alguna relación con la empresa, incluyendo empleados, socios, proveedores, clientes, etc.
Frutos de legados que trascienden
En el corazón de cada empresa familiar yace un legado, un conjunto de valores fundamentales que ha sido cuidadosamente cultivado por su fundador. Los legados que trascienden no conocen límites generacionales. La resiliencia inherente en estos valores permite a la empresa no solo sobrevivir, sino también prosperar en situaciones desafiantes.
Un legado vivo en una empresa familiar puede incluir la preservación de valores éticos, la misión empresarial original, la identidad única de la empresa y la cultura corporativa que se ha transmitido a lo largo de las generaciones. La gestión efectiva de un legado vivo implica equilibrar la necesidad de innovación y adaptación con el respeto y la preservación de los elementos fundamentales que definen la esencia de la empresa familiar.
En última instancia, el legado vivo de una empresa familiar trasciende más allá de la definición convencional de cultura empresarial. Es la fuerza que moldea la resiliencia, permite el florecimiento humano y crea un legado perdurable que se mantiene firme ante los desafíos del tiempo y del entorno empresarial. Al preservar y nutrir este legado, las empresas familiares pueden no solo sobrevivir, sino prosperar y dejar una huella significativa en las generaciones venideras.
Artículo originalmente publicado en la Revista LEGADO, edición abril 2024.
SOBRE LA AUTORA
Eva Guerra es Decana Asociada Académica en EGADE Business School.
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