En el pasado, los términos mujeres y liderazgo eran incompatibles. El liderazgo trascendente era atribuido solo a los hombres pues, presuntamente, las mujeres tenían dificultad para tomar decisiones. En la actualidad las cosas han cambiado y cada vez se encuentran más mujeres en puestos destacados; no obstante, es importante explorar sus habilidades de comunicación como un elemento instrumental para su éxito.
La comunicación no solo trata de lo que se dice, sino de cómo se dice. Las dificultades mostradas por las mujeres para comunicar sus logros hacen que tengan problemas para escalar puestos en la jerarquía empresarial. Se ha encontrado una tendencia en ellas de restar importancia a los resultados de su desempeño, lo cual es un impedimento para la percepción de sus competencias de liderazgo. La comunicación es un rasgo esencial de los líderes, tanto hombres como mujeres, y para estas últimas, las autoras Anett D. Grant y Amanda Taylor, en un estudio sobre comunicación de las líderes, examinaron seis aspectos que inciden en el liderazgo femenino.
Daremos una mirada breve a estos seis temas y sus implicaciones en el éxito de las mujeres.
- Empezar fuerte: Al dirigirse a otros, es importante eliminar titubeos y muletillas, sobre todo al comienzo de un discurso. Hacer largas pausas, cambiar de posición con frecuencia y mover la cabeza denotan inseguridad personal.
- Mantenerse sucinta: Ser breve y directa en la conversación es de vital importancia en entornos empresariales “porque se asocia con la proyección de poder.’’ Las mujeres son percibidas como menos directas y breves que los hombres.
- Dimensionar contenido: Al hacer presentaciones, las mujeres utilizan menos cifras, hacen poca referencia al impacto monetario, y omiten atribuirse el mérito de productos o procesos exitosos para la empresa.
- Tener su propia voz: Las mujeres suelen ignorar sus logros para mantener la modestia. Si bien la autopromoción transmite estatus, las mujeres que se promueven a sí mismas pueden ser percibidas como arrogantes y desagradables. Al hablar, los hombres dicen “yo” en situaciones donde las mujeres dicen “nosotros”; esto puede llevar a ocultar los logros de las mujeres.
- Controlar movimientos: Las personas de alto estatus en una compañía, tanto hombres como mujeres, usan más movimientos de sus manos al hablar; sin embargo, los movimientos y gestos más efectivos deben ser “ilustrativos” o “ideacionales”, es decir, están relacionados con el contenido del discurso. Jugar con un objeto en una mesa o mover ansiosamente manos o brazos distraen del mensaje y disminuyen la persuasión. Las mujeres tienden a hacer más movimientos que los hombres.
- Proyectar calidez: Los estudios en el lugar de trabajo confirman que la simpatía y la calidez mejoran la capacidad de liderazgo, persuasión e influencia. Se ha encontrado que las mujeres sonríen más que los hombres, y una sonrisa franca fomenta la conexión con las personas.
Combinar estos seis elementos para que las mujeres logren una mejor proyección de sí mismas y obtengan percepciones positivas luce muy complicado. Sin embargo, estos aspectos pueden ponerse en práctica con ensayos previos ante una audiencia de confianza. En estos escenarios, las mujeres obtendrán retroalimentación sobre su desempeño y podrán reforzar áreas débiles.
En ocasiones, las mujeres no son conscientes de sus movimientos repetitivos y nerviosos, del lenguaje corporal utilizado en sus presentaciones, de que dan cobertura demasiado amplia a datos importantes pero que pueden ser sintetizados usando gráficas. Abundar en un tema de interés personal puede llevar a perder la atención del público, de ahí que la información debe ser clara, organizada, y relevante para la audiencia.
Mantener cautiva la atención presupone segmentar la información y datos en pequeños bloques que tengan un cierre. Cada cambio de bloque va a significar un cambio de estímulo para quienes escuchan, de forma tal que la atención pueda mantenerse activa.
Existen factores sociales e históricos que han mantenido a la mujer líder por debajo de los parámetros de éxito que han logrado los hombres. No obstante, hay indicios de mejora. Por ejemplo, “en enero del 2023, por primera vez en los 68 años de historia de la lista Fortune 500, más del 10% de las empresas son dirigidas por mujeres. Las fechas de inicio del 1 de enero del año 2023 de cinco nuevos directores ejecutivos de Fortune 500, aumentaron el número de directoras ejecutivas mujeres a 53, lo que elevó la cuenta por encima del umbral largamente esperado”.
La preparación y la actualización constantes de las mujeres que aspiran a puestos de liderazgo deben ir aparejadas con las prácticas de comunicación aquí comentadas. Esto mejora la autoestima y seguridad en su desempeño empresarial, de tal suerte que mujeres y liderazgo sean dos términos perfectamente compatibles.
Referencia
Grant, A. & Taylor, A. (2014). Communication essentials for female executives to develop leadership presence: Getting beyond the barriers of understating accomplishment. ELSEVIER.
SOBRE LA AUTORA
Teresa Almaguer es Profesora emérita de EGADE Business School.