Familia y emprendimiento, este último entendido como la creación de una nueva empresa, están estrechamente vinculados. Muchas de las empresas, desde las más pequeñas hasta grandes transnacionales con miles de empleados, han nacido bajo el alero de una familia. A nivel mundial se calcula que entre el 80 y 90% de todas las empresas son consideradas empresas familiares. El Índice de empresas familiares 2021 de EY y la Universidad de St. Gallen, revela que las 500 empresas familiares más grandes del mundo generan en conjunto $7.28 billones de dólares en ingresos y emplean a 24.1 millones de personas. Si combináramos estas grandes empresas familiares, serían la tercera economía más grande del mundo, después de Estados Unidos y China. De ahí la relevancia de la familia en la creación de nuevas empresas.
Existen diferentes mecanismos que ayudan a explicar por qué muchas empresas surgen y se consolidan bajo la “gestión familiar”. Un factor muy relevante surge de la combinación de capital relacional y capital financiero. La familia, en muchos casos, constituye la forma más cercana de crear vínculos personales. Aunque se ha usado el concepto de familia como principal elemento del tejido social, es verdad que los miembros cercanos de las familias crean vínculos muy fuertes que influyen en muchas decisiones, incluyendo la creación de una nueva empresa. Respecto al capital financiero, muchas veces son las familias quienes invierten los recursos monetarios o físicos, como infraestructura, para poder iniciar un nuevo negocio. Existe en el argot del emprendimiento el famoso concepto de financiamiento en etapas iniciales, constituido por las 3F, por sus siglas en inglés: friends, family and fools. Es decir amigos, familia y el “ingenuo” que creyó en el proyecto, aunque estos últimos se han renombrado como “fans” (que es menos peyorativo), dado el vínculo que puede tener este tipo de financiamiento con mecanismos como el crowdfunding. Así el soporte familiar, dados los vínculos y los recursos financieros, están muy presentes en la constitución de proyectos de emprendimiento. Veamos algunas estadísticas interesantes que nos ayudan a entender mejor este fenómeno:
El proyecto Global Entrepreneurship Monitor, GEM, uno de los proyectos internacionales más relevantes sobre medición de la dinámica emprendedora en el mundo, calcula varios indicadores relacionados con la influencia de la familia, tanto en las decisiones de iniciar un nuevo negocio, como en la gestión y propiedad de estas. En el reporte “2019/2020 Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Family Entrepreneurship Report” se analizó una muestra cercana a 150 mil personas en 48 países, se obtuvieron los siguientes datos de los participantes que se catalogaron como “emprendedores en etapas iniciales”, es decir, que comenzaron un nuevo negocio en un periodo no mayor a 3.5 años, así como empresarios ya establecidos con negocios que tienen más de 3.5 años de haberse fundado:
Como se observa, la gran mayoría de las nuevas empresas están influenciadas por la familia, ya sea en la propiedad y/o la gestión. En otros datos del año 2021 del mismo proyecto GEM, se calcula que en promedio el 30% de los emprendedores también manifiesta que una de sus principales motivaciones para ser emprendedor fue seguir con una tradición familiar. En algunos países como la India este porcentaje alcanza un 74% o en Estados Unidos un 41%.
En un análisis más específico para México, se tienen datos de otro proyecto, el Global University Entrepreneurial Spirit Students’ Survey, GUESSS. El enfoque principal de esta investigación son las intenciones y actividades emprendedoras de los estudiantes universitarios, incluido el tema de la sucesión de empresas familiares. De una muestra nacional de cerca de 6,500 estudiantes universitarios, un 23% manifestó estar involucrado en alguna actividad emprendedora, ya sea activamente en la creación de un nuevo negocio o bien ya gestionando una empresa. De estos emprendedores, el 52% afirmó que estos negocios pueden ser considerados negocios familiares. De hecho, el 46%, un porcentaje importante, son estudiantes que están iniciando un nuevo negocio y tienen padres emprendedores.
Estos datos confirman la gran importancia que tiene la familia en los procesos de emprendimiento. Cuando hablamos del desarrollo emprendedor a nivel de la familia hay que considerar la experiencia, las habilidades, las ambiciones y el esfuerzo de la familia en su conjunto, en lugar de centrarse en un individuo específico. Poner foco en la familia puede aumentar las tasas de actividad emprendedora y la sostenibilidad de los negocios ya establecidos, ya que las familias aportan mayor confianza, capital, esfuerzo y recursos a la creación de empresas y el desarrollo empresarial.
Lee el artículo completo en la Revista LEGADO edición diciembre 2022
SOBRE EL AUTOR
José Ernesto Amorós, es Decano Asociado de Facultad de EGADE Business School.
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